José Rueda nació en 1926.

Pintor, grabador y docente.

Comienza su formación en las artes plásticas a los 13 años y la completa en las Escuelas de Bellas Artes Manuel Belgrano, Prilidiano Pueyrredón y Ernesto de la Cárcova.

Su obra se expone desde 1956 y participa en Bienales Internacionales desde el año 1982.

Entre los premios obtenidos se destacan IXX Premio de Grabado Salón Nacional, XII Premio en los Salones de Lanús y Moreno, XXII Premio en el Salón de Avellaneda y en el Salón Manuel Belgrano.

Carpetas publicadas: "H'ALLP'A" (1964) " JUEGO DE NIÑOS"(1966), "QUEMASUTRA"(1990), "CAMBALACHE" (1995), "TAO TE KING"(1995), " 1492" (1996).   

En mayo de 1997, en un bar de la Av. Corrientes, en Buenos Aires, le dijo esto a Julio Flores. Mi formación en la Escuela de Bellas Artes "Manuel Belgrano" y "Ernesto de la Cárcava" fue en pintura . Pero por el año 1948 comenzaron a llegar libros de los muralistas mexicanos, de Guadalupe Posadas, de tos grabadores japoneses en general y de Okusai, que yo miraba y admiraba. Encontré en mi casa una tabla de roble y una gubia de media caña de mi padre y comencé a grabar . Después , durante 10 años, solamente pinté.

Conocí el dibujo japonés y empecé a fabricar mi propia tinta con ferrite y goma arábiga.

Cuando mis hijos eran chicos y yo me quedaba jugando con ellos, comencé a hacer bocetos en blanco y negro.

Descubrí -para mí- que podía inventar un espacio nuevo, ambiguo , con línea discontinua donde el espacio y la forma se podían inter penetrar . Así llevé cantidad de estos bocetos a la pintura. Pero lo que en pintura eran pasajes, en dibujo, se resolvía con el trazo flµído o seco del pincel, que permitía también la integración. Este recurso me llevó al grabado .

Entonces comencé a copiar aquellos dibujos en tacos de madera, reproduciendo incluso los trazos del pincel seco . Toda la carpeta de grabados infantiles es representativa de esa época.

Usaba aquella única media caña de 7mm de mi padre . Con ella hacía todo. No sé cómo lo hacía. Simulaba el efecto del pincel seco astillando la madera. Siempre me gustó la madera y su resistencia al trazo. Usaba algarrobo en esa época. No me gustaban ni el palo blanco ni el linoleum.

Hoy, aunque tengo veinte gubias, sólo uso dos o tres a las que les conozco bien el corte y sus posibilidades.

Grabar es muy distinto a dibujar o pintar. Se requiere concentración absoluta para tallar. Es una fruición equivalente al placer del color. Es contener la respiración y que todo quede en el trazo.